Anexo '10 (7)

Los hombres crecen para forjar leyendas.

jueves, 8 de julio de 2010

Joder, puta.

Soy idiota, pero lo deduzco de mi ser. Te veo estúpida, y lo peor es que lo sé.
Confieso que creí haber quemado mi ira en el mundo en el momento dado. Expuse a Dios mi testimonio de que había cambiado. De que jamás me preocuparía por lo mismo, que por más que quisiese, el alma viva perecería, que mi sueño esquivase la esquina y desapareciese en la penumbra.
Te odio. Eso es algo que siempre he sabido. Y te amo, porque es algo que siempre he querido.
Y sin embargo, evade mis decisiones, esquiva mis palabras, escapa de mis miradas y desata el nudo de mis pensamientos. Huye. Huye tan lejos te permitan mis ganas, de soñar y de acariciar tu velo, ensombrecido por un silencio aterrador y por las ganas de suicidarme en el más frío de los inviernos.
No existe nada peor que la inexistencia en tu persona. Saber que no existo. Saber que no soy nada. Saber que soy quien no quiero ser. Saber nada.
Por eso yo te pido, te deseo y te estimo la mejor de las MUERTES.
Muere.
Perece.
Destruyete.
Te observaré en la peor de las muertes en la ardiente lava del infierno.
Que te violen los demonios. Y te empalen contra la pared, te desangren con su punzante y erecto pene. Una y otra vez.
Y disfrútalo. Lo mereces.
Disfruta cuan puta eres.
Satán te tendrá de elegida por los años como su perra, su perra más fiel, y a la vez la más zorra.
Que te folle contra las piedras de mi malestar, aquellas que se reúnen en mis destrozados riñones, adornadas de tantos detalles que hemos brindado, y de cada caña que nos hemos tomado. En vida.
Muere. Zorra. Muere.
En un sueño imperecedero. Donde lo que único que haya sea fuego.
Ya he vivido el fuego en vida. Ya he vivido el fuego, por suerte. Si lo que me he queda es mi intento suicida, que tan solo sea: vida o muerte.

domingo, 4 de julio de 2010

Barroporburía.

Acero golpeado por piedras de cal.
Chirrido inconsecuente, asientos vacíos en la estación.
El reloj y sus agujas afiladas.
El tren se llevará el tiempo por delante.
Amenaza viva.
Fino silbido labial, en aquel lejano andén.
Cadena de explosiones de todas las mentes viajeras.
Una tras otra, en su cárcel, rejas y venas.

jueves, 1 de julio de 2010

Fogoporburía.

Caballeros reunidos ante una mesa de billar.
Las esferas relinchan y chocan, marcando las dos.
De la tarde, brillan y ruedan sobre la hierba verde.
Recién cortada, se mueve el bastón del caballero.
Azotado se siente el silencio, y no hay sino eco.
Se rompe la dicha y se imprime un angosto estruendo.
Un mal gesto. Limita un poco de cielo, un poco de cieno.
Entre el horizonte del ocaso y la vertical de su pelo.
Los caballeros deciden apostar. Por un nuevo comienzo.