Yo te uno.
Tú me cero.
Uno al que cero digo,
cero que pido cero, es decir,
uno, por mi, y bien junto, uno.
Uno, uno y más uno.
Pídeme cero, que tal vez uno.
Ojalá te uno lo que más quiera,
pero te cero y te cero,
olvídalo. Uno. Solo uno.
Si quiero uno es no decir uno,
sé que es de cero ser uno,
escondido, pero querido,
uno de cero, y cero de uno.
Si pudiese uno dar, de todo uno,
mi uno, singular, uno de unos,
permítame su cero destapar,
y así uno a tu cero poder dar.
Te escribiré desde uno, muy adentro,
y firmaré con cero, cero y uno,
para recordar mi uno, y tu cero,
vencido; yo te uno y tú...
Tan solo quiero más de eso.
Uno y cero, cero y uno.
Ah. Esto no tiene sentido.
Error del sistema. Dos.
martes, 23 de marzo de 2010
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