Para cuando oprimas el botón,
ya habré partido a un nivel distinto,
donde pueda conseguir un arma perfecta
que te deje clavado en el sitio.
Me haré con el mapa de los sentidos,
y exploraré un mundo deshinibido,
con fuerza y augusta constitución,
no habrá enemigo imbatido.
Pediré a las hadas que me apoyen,
y que de su magia los vientos me guíen,
tras la pista de la última mazmorra,
y de su enemigo final: tu y yo a solas.
Será una lucha ilusoria,
de la cual uno saldrá en victoria,
el otro a expensas sin gloria,
tras escupir el último trozo de escoria.
Lucharemos hasta el fin de los tiempos
acompañados de dragones, y sus fuegos,
Imperecederos, no envejeceremos,
aun si demos con los huesos en el suelo (moriremos).
Y me haré con el control de todo tu cuerpo
tu alma, tus ojos, tus tierras, tu sortilegio.
Y forjaré un arma más perfecta que la suya,
pues de volver a encontrarte, volver a desafiarte.
Que sea guerra, que sea batalla,
que sea lucha, que el deseo rompa en metralla.
Herida que la dejas, que muera,
en su mundo, de fantasías plenas.
sábado, 20 de marzo de 2010
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