Anexo '10 (7)

Los hombres crecen para forjar leyendas.

sábado, 30 de enero de 2010

Un epitafio para el tiempo perdido.

A lo largo de mi vida,
he conocido a muchas personas.
Todas ellas han dejado un estigma,
una flor, o una amarga pesadilla.

Cada una de esas personas
ha rociado un granito,
aunque sea de sal yodada y pimienta,
en mi augusta tumba de arena.

Muchas de esas personas
me han hablado de mil sendas,
me han confiado sus secretos,
y me han mostrado fantasías sin penas.

Otras personas, otras más,
se han despedido del mar,
del cielo, la tierra y el viento,
con un puñal en las venas.

Pero todas aquellas personas
han abandonado su nombre
y han firmado con plata
en mi vieja sala de estar.

Todas ellas son iguales.
Todas ellas conocen mi tortura.
Todas ellas firmaron a la vez.
Todas ellas son iguales.

Putas.

martes, 26 de enero de 2010

La Luna.

En la Luna hace frío.
Al carecer de atmósfera, los cambios de temperatura entre el día y la noche son enormes, de un orden de 100ºK y más, correspondiendose a la temperatura espacial.

Mientras Armstrong y Aldrin desembarcaban en la Luna,
el tercer miembro del Apolo 11, Collins, daba unas vueltas orbitales por la misma,
observando su parte oscura y su configuración geográfica.
Armstrong y Aldrin tuvieron que esperarle a una temperatura crítica espacial, aunque podrían pasarselo bastante bien saltando por aquellos lares en ausencia de gravedad.
La persona que escribió la frase que yo ahora elogio
formó parte de mi vida y...
coño, nunca lo supe.
Hasta hoy.

[...]

"Y me lanzaste entre Ritter y Sabine, a la espera de tu ansiado alunizaje. Pobre del pionero ligero y el hombre del esperpento. Que al ser yo dejada de lado, me permitan recitar este cuento."

[...]

Se trata de una adaptación que recuerdo. Si algún día, no sé porqué azares sería, lo lees... jé, corrígelo.

viernes, 22 de enero de 2010

Te voy a contar la historia más triste del mundo...

Te voy a contar la historia más triste del mundo.
Habla de un muchacho que lo dio todo por tan solo un segundo.
Quiso hacer de tu retrato toda una vida.
Y en cambio obtuvo un sucio borrón, de negra tinta.

Sabía bien que lo oscuro no era mentira.
Mas quiso olvidarse de todo, aquel día.
Y la chica le sonrió, con armoniosa ironía.
Le quería contar la historia más triste de su vida.

Tan solo quería saber hasta que punto, reconocer.
Si tan solo pudiera saber el momento de volver.
Si tan solo pudiera escrutar la niebla que esconde, tu bello ser.
Si tan solo pudiera esconder-me, de tu angustioso querer...

Y vi a un nuevo invitado, de pernicioso aparecer,...
Descubrí que la vida me odia, me teme y se quiere desprender (de mí).
Y al final de los días me habla, para decirme:
Hasta aquí, no sueñes, quémate.

martes, 19 de enero de 2010

Te uno. (Binary Express).

Yo te uno.
Tú me cero.

Uno al que cero te digo,
cero que pido cero, es decir,
uno, por mi, y bien junto, uno.
Uno, uno y más uno.

Pídeme cero, que tal vez uno.
Ojalá te uno lo que más quiera,
pero te cero y te cero,
olvídalo. Uno. Solo uno.

Y termino con más de eso.
Uno y cero, cero y uno.
Esto no tiene sentido.
System error. Dos.

sábado, 16 de enero de 2010

Inversa.

La nieve arreció, lento, en aquella rocosa costa del norte. Los acantilados colindantes cerraban una playa blanca por un manto de nieve que coloreaba de yermo el lugar. Las rocas eran negras, cenizas, al igual que el mar, bravío, a tu espalda. Al fondo de tu gris figura, se divisa una galera, de 10 cañones, de esas que parten a las tierras del hielo. Tú en cambio, has huido de ella. Ahora, tus ropas están empapadas, heladas. Al igual que tu ser.

Tras los aplausos, se inicia la actuación en aquel voluptuoso estadio de óperas. La pianista viste de negro, en contraste a su largo blanco cabello...

Cabello que se mece agitado por el viento de pleamar, acompañado de los golpes de las olas contra las rocas en la lejanía. No se escucha el romper, todo es silencio a tu alrededor, donde los copos de nieve no son más que una ralentización del tiempo. Tiempo que cesó para tí hace años, hace una vida. Tan solo mueves la mano, y observas como uno de esos copos caen entre tus dedos. En la palma, observas el estigma de tu vida, aquello que te llevó a ser lo que eres. La cicatriz de un mundo olvidado. Una herida prohibida.

… se inicia la sonata con un silencio sepulcral de un público sin rostro. Solo el piano y el mundo, creando la melodía del alma. Ella es tan solo una tecla más...

Al fondo, el mar estalla en mil fragmentos de vieja madera mojada y salada. La galera se reduce a una columna de humo y cenizas, y el olor inmaculado del océano perece unos segundos. El mar se agita aún más, encolerizado, enfadado con aquel acto. El agua llega a la playa en calma. A tus pies descalzos. Bajas la mano. El rostro. Tu blanco hilos de plata lo cubre, esconde su verdadero pasado, el de unos ojos artificiales y falsos. Caes, finalmente, arrodillada en la arena nevada. Sucumbes.

… nota tras nota, la belleza de la composición solo se podría comparar al de un coro de ángeles. Allegro, el punto álgido. La velocidad de los dedos atentan con la llegada de un no invitado a la obra. Una lágrima...

Tu rostro se hunde junto a la nieve. Mas sonríes, de lado. Observas como el tiempo para, y aún así la nieve no cesa. Entierro. Caes en el olvido. En la más oscuro y tenebroso suicidio del alma. Y mueres, mueres de nuevo. Tus alas se marchitan en el manto blanco, frente al mar.

… y termina la actuación, se pone el telón. Ríos de sangre sellan el fin de aquellos fantasmas del pasado, mientras unas manos muertas reposan con el teclado ensangrentado.

- Silencio. -



Pero permíteme despertar. Un hilo más... y ya está. Desaté tus ojos, para que contemplases tu nueva venida. Sobre tu cabeza, la tierra. A tus pies, las nubes. ¿Quién te ha sentenciado a la vida más cruenta? Déjate caer, no perteneces a ese sarcófago erecto. Cae de tu cruz de frío mármol, bañada en nieve... y arrástrate en el nuevo mundo que te espera. Pues yo arrancaré esa lanza que llevas por corazón. Extinguiré el veneno que a tu piel ensució. Te devolveré la pureza, te traeré a los ojos de un universo que te espera.

Porque aún eres lo suficientemente fuerte como para cruzar el más amplio océano...

Te acaricio una vez más el rostro, yermo y vacío. Repaso con mis dedos cada una de tus aciagas heridas; tus ojos, tus labios, tu pecho, tus estigmas. Vierto mi voluntad en tu leve movimiento, en desgarrarte de la capa de helada pulcritud que te envuelve. Te alzo de entre los mundos inversos, te hago ver el mundo que no existe. Y te haré mía, y de nadie más.

Y solo entonces...
-... solo entonces... -

...podrás despertar.

viernes, 1 de enero de 2010

Teoría (I).



"... albergaba en su seno todo aquello que quiso brindar a la naturaleza: una teoría que hablase de todos por igual, que hiciese del hombre un verdadero ser, que limpiase el nombre del ser humano, y que redimiere la realidad a la propia existencia de la vida que la comprende. Le dotó de fuerza con palabras que todo el mundo entendía. Le proporcionó cimientos con un eje que todos sujetarían. Le dio vida, con sus manos, su alegría.

Y solo entonces, pudo nacer tan bella como quería. La auténtica Teoría."