Anexo '10 (7)

Los hombres crecen para forjar leyendas.

sábado, 9 de abril de 2011

Influenza.

Violencia complexa,
en el alféizar, en el balcón.
Concubina descubierta es ella,
que,
desciende de su flor
y sufre, desnuda, la cama.
Necio innecesario,
bandido fugado.
Lasciva es ella que envuelta
se cobra la vida de ella,
que es vida.
Mal incompleto,
amantes solitarios.
En el mar de los despojos,
de ojos y otros restos humanos.
Somos dos y me llevo uno.
De ella me llevo el viento,
de ella recelo su aliento.
Y el tiempo lo escolta a oscuras,
sendero de crueldad absoluta.
Enigma de verdades absolutas,
la firma de Dios en la penumbra.
De necios nacen verbos.
De necedad, tiempos.
Despójame de mí mismo.
Mátame.

lunes, 3 de enero de 2011

Ex Resolutio.

  • Denoto emoticidad.

  • Antes había una cría que decía "A tomar por culo" y tenia las cosas bien pensadas.
  • Y aunque tuviese alguna gilipollez
  • la muy cínica se reía y decía "Luego veré, a su tiempo"
  • y nada.
  • ¿Sabes qué? Si lo ves muy difícil
  • tú, que con tan buenos ojos ves el suicidio y el amor por la nada, podrías volver líquido el mármol del baño con una cuchilla
  • ¿que no?
  • Pues entonces te jodes y lo afrontas.
  • Como todo el puto mundo
  • con sus putas mierdas
  • todas ellas formando la puta mierda de realidad a la que cada puto ser humano se enfrenta
  • y que se joda.
  • Todo el mundo.

Lo que nos hace humanos es ser perfectamente erróneos.

viernes, 31 de diciembre de 2010

Conclusión de Hipotesis

Hemos comprobado la fuerza de la pasión,
y la hemos medido en su justo corte
y en su máxima (absoluta) expresión.

Vislumbramos el límite de la verdad
y la incluimos en el umbral cónico de la dicha,
descrita en textos anteriores no nombrados.

De aquellos fallos hemos contabilizado pruebas
que nos acercan a Dios, de alguna falsa manera,
y nos alejan de ella, teoría imperfecta.

Y de entre la estadística del amor
hemos abierto la única puerta
de una hipótesis nueva, imperecedera.




Ahora, sigue, en el descubrimiento.


lunes, 29 de noviembre de 2010

Te vendo Granada.

Te vendo Granada, con resquicios de poema, recuerdos y aquellos retazos de los mejores retratos que jamás podrás pintar.

Una verdad insólita y transparente.

"Doy mi vida por ser un mero ARN mensajero. Y tener su vida. No por frágil, ni por simple. Tal vez por fugaz. Doy mi vida por introducirme de lleno en la vagina de cualquier ribosoma, y estar restregando mis codones una y otra vez. Sin más. Al fin de cuentas, yo no trabajaría. Que lo haga todo el transferente.

[...]

Y es que he tenido demasiado deslices que me hacen pensar en la brevedad del sexo.
Del más vulgar, al más culto y obseso. El otro día lo hice mientras me leían a Nietzsche. El mejor sexo de mi vida. Carente de rostros en 43 minutos y 54 segundos. Solo dos pelvis rozando el índice de fusión elemental. Y después, la pintura del techo ceñida a pocos centímetros de mi nariz, o de mi tráquea. Éxtasis, supongo. Un margen de error de 34 segundos y medio de superación física.

Breve, o dos veces breve. Buscaba el momento justo en el que gritar "Placer, aquí estás. Ahora te tengo. Te retendré hasta que..." y, "Oh mierda".

Los ARN mensajeros la llevan mejor. Incluso si se ven en condiciones, se dejan caer en una orgía polisómica y a nadar mientras se desnudan en su propia traducción. A veces ni eso. Pasan, lo dejan todo y a fumar el cigarrillo de después con tus amigos mitocondriales. Y nunca te miran mal dentro de la célula, qué asco.

Follar ya no es lo de antes. Y no soy viejo para creer que es así. Sino porque antes seguro que fue mejor. Sin complicaciones de Nietzsche y sin cronómetros o reglas de la mano izquierda. Antes era como dice tu amigo, "¡follas como los monos!" Sí, una y otra vez. Para que no cejase en el aburrimiento. Y corriéndote dentro de cada ribosoma, vertiéndole cada ribonucleótido con toda la pasión y fuerza que pudiese. Y repitiendo, con todas. ¡Mira mis aminoácidos!

Que les follen.

A todos.
A todas.

Y os dé gonorrea."

"El quinto de atrás", Manuel Víctor.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

¿Sibilioso?

Tiempo entiemblo;
nimiedad.
Solicio, a la estitud;
ariedad.
No quedan palabras
para descinar.
Agoría.
Falta a la priscilia.
Estampida.

domingo, 24 de octubre de 2010

El fin último.

En un duelo, las vainas son la defensa de nuestros corazones.
Nuestros corazones, en cambio, son nuestro punto más débil.
Estocada tras estocada, en el duelo se busca marcar ese rincón.
Hábiles movimientos de ataque, sutiles esquivas y defensas.
En un duelo, en el que el alma es el dueño de la espada,
cabe creer que tu credo, tu palabra, tiene que ser más afilada
que la de tu oponente, y desquebrajar su latente mirada.
Tu corazón ante sus ojos, y el suyo ante los tuyos.
El fin último: desnudar vuestras intenciones.
Las más puras ganarán.